Atulananda Acarya


La Bella Historia de Dios

CAPITULO IV

Vidura se Acerca a Maitreya

Uddhava dijo:

Después, ellos mismos, con autorización, Se sirvieron los remanentes de prasadam; Mas, emborrachados con licor de arroz, Empezaron a herirse con palabras.

Como el roce del bambú trae la destrucción, Así ellos mismos por estar embriagados; Mientras tanto, del Sarasvati bebió el Señor, Y pensativo Se sentó bajo un árbol.

Él vence la aflicción de Sus devotos rendidos, Y así, me envió a Badarikasrama, anticipando estos hechos, Mas, seguí tras Él, sabiendo lo que había decidido, Sin tolerar la separación de los pies de mi maestro.

Le vi entonces ensimismado a orillas de ese río, Allí Se refugió, Quien a Sri Laksmi misma abriga; Su cuerpo oscuro, eterno, ojos rojizos, atuendo amarillo, Con Sus cuatro brazos mostrando Su forma divina.

Estaba apoyado bajo un joven baniano, Con Su pie izquierdo sobre el muslo derecho, Y aunque toda posesión había desechado, Se veía encantador en ese asiento.

(Srila Prabhupad explica en este verso que el joven baniano representa a este pequeño universo y que el Señor apoyó en él Su espalda, dándole así la espalda a la energía material.)

En ese momento el gran devoto Maitreya, El amigo de Vyasa, tras recorrer la tierra, Llegó a ese lugar por su propio acuerdo; El Señor, de amable mirar, me bendijo diciendo.

El Señor Supremo dijo: “¡Oh, Uddhava!, sé de tu deseo de ancestrales tiempos, Cuando los vasus y otros devas hicieron sacrificios, Allí quisiste tenerme, aunque no es fácil intento, Intrincado para otros, mas a ti te lo permito.

(Una porción plenaria de Uddhava era en el tiempo de la creación uno de los ocho Vasus. Srila Prabhupad nos hace notar en estos versos que Sri Krsna se dirigió más a Uddhava que a Maitreya, pues este último era un jñana-bhakta, es decir, dice Srila Prabhupad, su devoción estaba mezclada con conceptos monistas.)

“Esta vida tuya, ¡oh, sadhu!, es la última y la más afortunada, Tras la cual, por Mi favor, alcanzarás Mi morada; Tu visita a este lugar, movido por Tu devoción pura, Será sin duda para ti de significativa ayuda.

“En el milenio de loto, Uddhava, en el principio, Hablé a Brahma de Mi gloria, que el Bhagvatam señala.” “¡Oh, Vidura!, dijo Uddhava, cuando habló así, para mi beneficio, Le oré con manos juntas, tras secar mis lágrimas.”

Uddhava oró diciendo: “Mi Señor, quienes Te sirven, fácil alcanzan las cuatro metas, Mas en lo que a mí concierne, solo quiero dedicarme a Tus pies; A los sabios confundes cuando entre nosotros Te presentas, Por tu aparente actuar fruitivo, por ser El no nacido y nacer.

“¿Cómo, siendo el controlador del tiempo, Te guardas en un fuerte de Tus enemigos? ¿Cómo, si en Ti mismo hallas pleno contento, Te rodeas de tantas mujeres y amigos?

“Eres eterno, Tu saber es perfecto y nunca Te confundes, Mas a mí sí me sorprendió el que consultaras conmigo; Danos, Señor, ese saber, por el que el mundo se elude, Dánoslo, si nos consideras aptos para recibirlo.”

Así, aprendí del ser, de Él, Quien es mi maestro, Y tras circunvalarle, vine aquí, por Su ausencia afligido, ¡Oh, Vidura!, voy a Badarikasrama, buscando aliento, Para asociarme allí, como me fue pedido. En ese lugar del Himalaya, como Nara y Narayan, Hace Él austeridades sin fin, por el bien de las almas.

Sri Suka dijo: Después de escuchar de labios de Uddhava, De la aniquilación de sus amigos y parientes, Vidura, gracias a su saber, recobró la calma, Y le preguntó de la manera siguiente.

Vidura dijo: “Porque los siervos de Visnu deambulan por nuestro bien, ¡oh, Uddhava!, Es natural que entregues esa iluminación que recibiste de Él.” A lo que Uddhava le dijo que fuese donde Maitreya, alma exaltada, Quien aprendió en forma directa del Señor, poco antes de Él desaparecer.

Sri Suka dijo: Después de hablar así a orillas del Yamuna, Uddhava, Pasó en lamento la extensa noche y luego se fue. “¿Qué jefes, ya Krsna ido, y tras la gran batalla, quedaban? ¿Por qué estaba Uddhava solo?,” Pariksit quiso saber.

Sri Suka continuó: ¡Oh, rey!, la maldición de los brahmanas fue tan solo un pretexto, Para cumplir Su deseo de partir con Su numerosa familia; Consideró que solo Uddhava podía recibir Su conocimiento, Y permanecer en el mundo para propagar Su sabiduría.

Después de ser instruido, viajó Uddhava a Badarikasrama, Donde permaneció en trance para complacer al Señor; Vidura escuchó de él acerca de Krsna, de Paramatma, Tema al que los grandes sabios dedican su atención.

Solo los devotos pueden entender Su extraordinario lila, Que a las bestias envidiosas disturba y nunca saborean; Vidura lloró al saber que el Señor le recordó cuando partía, Y al llegar a orillas del Ganges, se encontró con Maitreya.

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